viernes, 25 de diciembre de 2009

Vae Victis

El 18 de Julio de 390 A.C. un ejército romano fue vencido por una horda gala que después saqueó Roma. Por Tito Livio sabemos que la tribu de los galos senones se había trasladado al norte de Italia en busca de tierras donde instalarse, y que entró en guerra con la ciudad etrusca de Clusium (la moderna Chiusi), que solicitó la ayuda de Roma. Ésta decidió no intervenir, pero envió a unos embajadores que tomaron partido por el bando etrusco y, en combate singular, mataron a uno de los jefes galos. La ira de éstos fue tal que decidieron destruir Roma y establecerse en sus tierras. En el Alia, un afluente del Tiber, se dio una batalla que se saldó con la derrota de las tropas romanas. Éstas huyeron a Veyes, dejando Roma indefensa. Los galos saquearon la ciudad, a excepción del Capitolio, donde resistió una pequeña guarnición. Tras varias tentativas de asalto –una de ellas nocturnas, abortada por los graznidos y aleteos de las ocas sagradas del templo de Juno Moneta (de monere, avisan), que alertaron a los sitiados-, se llegó a un acuerdo. Los romanos pagarían un rescate de mil libras de oro a los galos a cambio de su retirada. Cuando se pesaba el oro, el responsable romano descubrió que las pesas estaban trucadas y se quejó de ello al líder galo Breno, quien, en un acción que lo inmortalizaría para la historia, añadió su espada a los pesos y añadió: Vae Victis! (Ay de los vencidos!). en su retirada los galos fueron sorprendidos por el general Camilo, que había rehecho el ejército derrotado y se impuso a los invasores. Pero la derrota de Roma sería recordada como uno de los momentos más tristes de su historia, y quedó incorporada al calendario romano como dies funestus.




sacado de National Geographic

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