sábado, 26 de diciembre de 2009

Juan Sebastián de Elcano

Juan Sebastián de Elcano completó la primera vuelta al mundo el 6 de septiembre de 1522, tras recorrer 42.000 millas (78.000 kilómetros, casi 2 veces el diámetro ecuatorial de la tierra). Había partido 3 años antes, el día 20 de septiembre de 1519 con la expedición de Magallanes. Regresando sólo con una de las 5 naves, la Victoria.

Juan Sebastián de Elcano representa el aventurero y explorador, ahora clásico, del siglo XVI. Buscando nuevas rutas y descubriendo nuevas tierras.

Vida de Juan Sebastián de Elcano
Elcano, Juan Sebastián de (1476?-1526), navegante y descubridor español que consiguió dar la primera vuelta al mundo, demostrando que la Tierra es esférica. Nace en Guetaria (Guipúzcoa). Adquirió una gran experiencia marinera al enrolarse desde su juventud en barcos pesqueros y comerciales. En 1509 formó parte en la expedición militar dirigida por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros contra Argel. A su regreso se estableció en Sevilla, donde tuvo conocimiento del proyecto del portugués Fernando de Magallanes para descubrir una ruta por occidente, a través de un paso o estrecho por el sur de América, para llegar a las islas de las especias sin atravesar por dominios portugueses.

Magallanes-Elcano.

Elcano tuvo conocimiento del proyecto de Fernando de Magallanes (1480-1521) cuando ambos coincidieron en Sevilla, adonde Magallanes llegó en 1517 proveniente de Portugal, donde sus proyectos de explorar el oriente fueron rechazados.
Magallanes propuso buscar una ruta alternativa para llegar a las islas de las especias, y dicho proyecto fue aprobado por Carlos I en España. El proyecto consistía en llegar a las islas abriendo una ruta por el oeste, pasando sólo por dominios españoles.

Magallanes murió el 27 de abril en un combate con los indígenas en la isla de Mactán (Filipinas).

En un segundo viaje a las Molucas, Elcano murió de escorbuto el 4 de agosto de 1526 durante la travesía del Pacífico.

Crónica de su vuelta al mundo.

Elcano se alistó en 1519 como contramaestre de la nave Concepción con la expedición de Magallanes. Con toda la Armada, cruzó el océano Atlántico y se dirigió a Sudamérica. Invernó en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación cuya causa apoyó Elcano. El 21 de octubre de 1520 se adentraron en el deseado estrecho al que Magallanes bautizó de Todos los Santos. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban. Por él navegaron durante tres meses en condiciones calamitosas al carecer la tripulación de agua y provisiones frescas y, en consecuencia, padecieron de escorbuto. El 24 de enero de 1521 llegaron a las islas Marianas o de los Ladrones.

Muerto Magallanes en las Filipinas, Elcano, al mando de la expedición, se dirigió a las Molucas, a donde llegó a finales de 1521. Allí, en la isla de Tidore, cargó un importante cargamento de especias, con lo que se cumplió el objetivo del viaje. La proximidad de los portugueses, dueños comerciales de la zona, le hizo poner rumbo al oeste. Arribó a la isla de Timor (1522) donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia. Ya sólo con la nave Victoria cruzó el océano Índico, dobló el cabo de Buena Esperanza (mayo de 1522) en el sur de África y, poniendo rumbo al norte, llegaron a las islas de Cabo Verde, que pertenecían a la Corona portuguesa. Aquí supieron que llevaban un día de retraso como consecuencia de haber navegado de Este a Oeste, dando la vuelta a la Tierra. Por fin, después de tres años menos catorce días de navegación, el 6 de septiembre de 1522 la expedición al mando de Elcano, tras recorrer 14.000 leguas, entraba en el Puerto de Santa María con sólo 18 hombres y la nave Victoria, la única que quedaba, cargada de especias.

Escudo de Armas
El emperador Carlos V (Carlos I de España) recibió a los supervivientes en Valladolid y asignó a Elcano una renta anual de 500 ducados en oro (que nunca llegó a recibir), le perdonó una condena que tenía pendiente por vender su barco (éste perdón sí se hizo efectivo) y le concedió un escudo de armas, cuya cimera era un globo terráqueo con la leyenda Primus circumdedisti me (El primero en rodearme). Esta leyenda se puede ver en el buque J. S. de Elcano.

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