sábado, 26 de diciembre de 2009

Romance a José Antonio

Para rendir homenaje


al apóstol de la idea,

he tejido este romance

¡Español y castellano!,

Viva expresión de la lengua

que glorificó esta raza

magníficamente excelsa.

Quisiera ungir en mi verso

todas las rosas sangrientas

que, en los campos de España,

Brotan cual semilla nueva.

Y en un cáliz de rubíes,

engarzado en ricas perlas,

(la mirada en lo infinito,

el pensamiento en la idea),

al ritmo de la oración,

que a tu memoria se eleva,

ofrendarte, José Antonio,

el amor de España entera.



Sublime como tu muerte

es tu sagrado recuerdo

que es himno de redención

y alba de amanecer nuevo.

¡Qué bella aurora en España

proseguir por el sendero

que marcaste en tu doctrina

y que, desde los luceros

Vigilas eternamente!

José Antonio: no has muerto

eres el alma de España,

vas impregnando en su seno,

y en él ya se inmortaliza

la magnitud de tu ejemplo,

ejemplo que imitarán

los seres dignos y rectos.

Impoluta la conciencia,

esclarecido el cerebro

el corazón siempre henchido

de sublimes sentimientos.



¡Morir por el ideal

cuando en el sentir se funda

es vivir eternamente

en la humanidad futura!

Mártir, profeta de España,

de abnegación fiel reflejo

será tu insigne memoria,

ejemplo de los ejemplos.



¡¡Camaradas!! José Antonio,

Presente y por siempre nuestro …

¡Que alumbre en nuestras conciencias

la clara luz de su ingenio!





F. HERNANDEZ MANCHÓN

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